El 16 de noviembre de 2000, en la revista Marie Claire se publicó la historia de la música Lígia, de Tom Jobim.
Lígia:
“Los ojos verdes de la carioca Lygia Marina de Moraes son morenos em la letra de Lígia. Un “disfraz” de la identidad de la musa y de la atracción de Tom Jobim por ella. Tom y Lygia, profesora de pré-escolar de una de las hijas del compositor, se conocieron en 1968, en el bar Veloso, en Ipanema. Nunca hubo nada entre los dos, pero aquel encuentro originaría el samba grabado por Chico Buarque en el disco “Sinal Fechado”, en 1974. “Tom vivia pensando en ella” dice el periodista Ruy Castro que registró el episodio en el libro “Ela é Carioca” (Cia das Letras)
Durante muchos años, Tom negó que Lygia fuera su musa, en respeto al amigo Fernando Sabino, marido de ella en esa época.
Sólo en 1994, cuando la pareja se separó, Tom admitió la inspiración a los amigos. Hoy, con 54 años, Lygia vive sola y dirige el departamento cultural de la Asamblea Legislativa de Rio de Janeiro. Ella recuerda con orgullo los detalles de su relación jamás consumada con Tom Jobim.
Lygia Marina de Moraes: “Conocí a Tom en una tarde lluviosa. El bar Veloso estaba vacío, era junio y hacía frío. Yo y una amiga, Cecília, nos sentamos en el hall y vimos a Tom conversando con Paulo Góes (fotógrafo). Los dos terminaron sentándose en nuestra mesa. Cuando conté a Tom que era profesora de su hija Beth, tuvo un ataque de risa y dijo: “Es la primera vez que un flirteo se convierte en reunión de padres y maestros!”. Y yo toda orgullosa: imagínate, en el 68, Tom era uno de los hombres más lindos de Brasil.
Él tenía que dar una entrevista a Clarice Lispector para la “Manchete” y nos invitó a mí y a Cecilia para ir con él. Fuimos en el autito celeste de Tom. Yo usaba una falda de lana y un suéter de cachemira. Al abrir la puerta, Clarice puso cara de mal-humor. Tom abrazado a mí y a Cecília le dijo: “me traje a mis amigas”. Ella quedó aún más furiosa cuando pidió a Tom que hiciera un poema para ella, como Vinicius [de Moraes] hiciera en entrevista anterior y él dijo: “no soy poeta, si tuviera una guitarra…”
Pero entonces agarró un block de papel y escribió un poema para mí, que guardo hasta hoy: “tus ojos verdes son mayores que el mar / si un día yo fuera tan fuerte como tú / yo te despreciaría y viviría en el espacio / O tal vez entonces yo te amaría / ah, que nostalgias tengo / de la vida que nunca tuve.” Y firmó: A.C.J.
Saliendo de allí, Tom me llevó a su casa. Nos despedimos en el auto, con un beso en el rostro. Me puse muy nerviosa pero paró ahí. Tom era casado… Aquel aventón fue nuestro único encuentro a solas. La música habla de todo lo que no ocurrió: el cine, el paseo por la playa... Después nos encontramos muchas veces, pero siempre en grupo. Tiempo después me casé con el cineasta Fernando Amaral y entré al grupo. Viví el auge de Ipanema.
Después de cuatro años de casada, y con un hijo, me separé. Después me casé con el escritor Fernando Sabino. En 1973, creo que Tom no sabía que yo estaba casada con él, y llamó por teléfono a Fernando pidiendo mi teléfono. Mi marido le hizo un chiste: le dio un número equivocado. En seguida llamó al teléfono que le había dado y avisó: “Tom va a llamar buscando una Lígia, pero el teléfono es este” (y dio otro número equivocado). Los amigos quedaron sabiendo de esta historia, incluso Tom. Tal vez de ahí haya surgido la frase en la música que habla del teléfono equivocado.
Estaba sola en casa cuando oí en la radio Chico cantando Lígia por primera vez. Fui corriendo comprar el disco. Enseguida me encontré en la letra. Ser homenageada es maravilloso, más aún por Tom, con una música linda y sofisticada… Es una gloria. Claro que la música rindió comentarios y Fernando quedó hecho una fiera. Durante los 19 años en que estuve casada, Tom evitó el tema. Estuvimos juntos en varios lugares, tipo fin de año en casa de Jorge Amado, yo con Fernando y Tom con Ana, su segunda mujer. Pero nadie tocaba el asunto.
Un día, Tom me encontró por casualidad en la Cobal y me dijo: “Está llegando mi musa”. Fue la primera vez que lo admitió conmigo. Hasta hoy, en cada bar que entro tocan Lígia. Hace parte de mi show. Me hice inmortal. Tengo casi todas las grabaciones de Lígia. Existe hasta una versión de Joao Gilberto en que, al contrario de la oficial, el romance ocurre y Tom hasta se casa conmigo. Las personas me cobran el hecho de nunca haber ocurrido nada entra nosotros. Pero no habrá sido mejor que haya quedado en la fantasía? Tal vez debería haber sido esa la historia: hacerme musa, entrar en un restaurant y acordarme de Tom lleno de encanto”.
Ligia
Tom Jobim / Chico Buarque
Yo nunca soñé contigo
Nunca fui al cine
No me gusta el samba, no voy a Ipanema
No me gusta la lluvia ni el sol
Cuando te llamé, descolgué, fue equivocado
Tu nombre no sé
Olvidé al piano las tonterías de amor
Que iba a decirte, no… Lígia, Lígia.
Nunca quise tenerte a mi lado
Un fin de semana
Una cerveza helada en Copacabana
Caminar por la playa hasta el Leblón
Cuando me enamoré
No fue más que ilusión, tu nombre rasgué
Hice un samba de las mentiras de amor
Que aprendí contigo
Sí… Lígia, Lígia…
*Te aproximas a mí
Con esas maneras extrañas y yo digo que sí
Pero tus ojos castaños
Me meten más miedo que un día de sol
Sí… Lígia, Lígia.
**Y cuando me envuelves
En tus brazos serenos yo voy a rendirme
Pero tus ojos morenos
Me meten más miedo que un rayo de sol
Sí… Lígia, Lígia.
*1ª versión
**2ª versión
Lígia:
“Los ojos verdes de la carioca Lygia Marina de Moraes son morenos em la letra de Lígia. Un “disfraz” de la identidad de la musa y de la atracción de Tom Jobim por ella. Tom y Lygia, profesora de pré-escolar de una de las hijas del compositor, se conocieron en 1968, en el bar Veloso, en Ipanema. Nunca hubo nada entre los dos, pero aquel encuentro originaría el samba grabado por Chico Buarque en el disco “Sinal Fechado”, en 1974. “Tom vivia pensando en ella” dice el periodista Ruy Castro que registró el episodio en el libro “Ela é Carioca” (Cia das Letras)
Durante muchos años, Tom negó que Lygia fuera su musa, en respeto al amigo Fernando Sabino, marido de ella en esa época.
Sólo en 1994, cuando la pareja se separó, Tom admitió la inspiración a los amigos. Hoy, con 54 años, Lygia vive sola y dirige el departamento cultural de la Asamblea Legislativa de Rio de Janeiro. Ella recuerda con orgullo los detalles de su relación jamás consumada con Tom Jobim.
Lygia Marina de Moraes: “Conocí a Tom en una tarde lluviosa. El bar Veloso estaba vacío, era junio y hacía frío. Yo y una amiga, Cecília, nos sentamos en el hall y vimos a Tom conversando con Paulo Góes (fotógrafo). Los dos terminaron sentándose en nuestra mesa. Cuando conté a Tom que era profesora de su hija Beth, tuvo un ataque de risa y dijo: “Es la primera vez que un flirteo se convierte en reunión de padres y maestros!”. Y yo toda orgullosa: imagínate, en el 68, Tom era uno de los hombres más lindos de Brasil.
Él tenía que dar una entrevista a Clarice Lispector para la “Manchete” y nos invitó a mí y a Cecilia para ir con él. Fuimos en el autito celeste de Tom. Yo usaba una falda de lana y un suéter de cachemira. Al abrir la puerta, Clarice puso cara de mal-humor. Tom abrazado a mí y a Cecília le dijo: “me traje a mis amigas”. Ella quedó aún más furiosa cuando pidió a Tom que hiciera un poema para ella, como Vinicius [de Moraes] hiciera en entrevista anterior y él dijo: “no soy poeta, si tuviera una guitarra…”
Pero entonces agarró un block de papel y escribió un poema para mí, que guardo hasta hoy: “tus ojos verdes son mayores que el mar / si un día yo fuera tan fuerte como tú / yo te despreciaría y viviría en el espacio / O tal vez entonces yo te amaría / ah, que nostalgias tengo / de la vida que nunca tuve.” Y firmó: A.C.J.
Saliendo de allí, Tom me llevó a su casa. Nos despedimos en el auto, con un beso en el rostro. Me puse muy nerviosa pero paró ahí. Tom era casado… Aquel aventón fue nuestro único encuentro a solas. La música habla de todo lo que no ocurrió: el cine, el paseo por la playa... Después nos encontramos muchas veces, pero siempre en grupo. Tiempo después me casé con el cineasta Fernando Amaral y entré al grupo. Viví el auge de Ipanema.
Después de cuatro años de casada, y con un hijo, me separé. Después me casé con el escritor Fernando Sabino. En 1973, creo que Tom no sabía que yo estaba casada con él, y llamó por teléfono a Fernando pidiendo mi teléfono. Mi marido le hizo un chiste: le dio un número equivocado. En seguida llamó al teléfono que le había dado y avisó: “Tom va a llamar buscando una Lígia, pero el teléfono es este” (y dio otro número equivocado). Los amigos quedaron sabiendo de esta historia, incluso Tom. Tal vez de ahí haya surgido la frase en la música que habla del teléfono equivocado.
Estaba sola en casa cuando oí en la radio Chico cantando Lígia por primera vez. Fui corriendo comprar el disco. Enseguida me encontré en la letra. Ser homenageada es maravilloso, más aún por Tom, con una música linda y sofisticada… Es una gloria. Claro que la música rindió comentarios y Fernando quedó hecho una fiera. Durante los 19 años en que estuve casada, Tom evitó el tema. Estuvimos juntos en varios lugares, tipo fin de año en casa de Jorge Amado, yo con Fernando y Tom con Ana, su segunda mujer. Pero nadie tocaba el asunto.
Un día, Tom me encontró por casualidad en la Cobal y me dijo: “Está llegando mi musa”. Fue la primera vez que lo admitió conmigo. Hasta hoy, en cada bar que entro tocan Lígia. Hace parte de mi show. Me hice inmortal. Tengo casi todas las grabaciones de Lígia. Existe hasta una versión de Joao Gilberto en que, al contrario de la oficial, el romance ocurre y Tom hasta se casa conmigo. Las personas me cobran el hecho de nunca haber ocurrido nada entra nosotros. Pero no habrá sido mejor que haya quedado en la fantasía? Tal vez debería haber sido esa la historia: hacerme musa, entrar en un restaurant y acordarme de Tom lleno de encanto”.
Ligia
Tom Jobim / Chico Buarque
Yo nunca soñé contigo
Nunca fui al cine
No me gusta el samba, no voy a Ipanema
No me gusta la lluvia ni el sol
Cuando te llamé, descolgué, fue equivocado
Tu nombre no sé
Olvidé al piano las tonterías de amor
Que iba a decirte, no… Lígia, Lígia.
Nunca quise tenerte a mi lado
Un fin de semana
Una cerveza helada en Copacabana
Caminar por la playa hasta el Leblón
Cuando me enamoré
No fue más que ilusión, tu nombre rasgué
Hice un samba de las mentiras de amor
Que aprendí contigo
Sí… Lígia, Lígia…
*Te aproximas a mí
Con esas maneras extrañas y yo digo que sí
Pero tus ojos castaños
Me meten más miedo que un día de sol
Sí… Lígia, Lígia.
**Y cuando me envuelves
En tus brazos serenos yo voy a rendirme
Pero tus ojos morenos
Me meten más miedo que un rayo de sol
Sí… Lígia, Lígia.
*1ª versión
**2ª versión
Como dizem minhas amigas, morro de inveja da Lígia. Pra mim, foi a mais bela inspiração do Tom. Deixo aqui uma frase bem sacana do nosso Maestro sobre as músicas feitas para suas musas: "Cada música que fiz, foi uma mulher que não comi". Êta Tom...
ResponderEliminarrsrsrrs, TOM!!!
ResponderEliminarAproveito o seu comentário pra te agradecer o "empréstimo" da tua pesquisa para o blog.
Obrigada. E obrigada também pela constância, e presença no blog, que faz isto mais pessoal para mim.
gracias desde Argentina por el blog.
ResponderEliminarEs un placer transmitir un poco de la belleza del arte en ambos idiomas.
ResponderEliminarSe siente un poco como quitar de enfrente el velo que no deja ver sino apenas vislumbrar una obra artística